domingo, 13 de junio de 2010

Cap 5.- Otoño querido

Eran los primeros días de otoño, los podía reconocer con facilidad. las veredas estaban coloreadas de ese característico amarillo-café de otoño, el frio rodeaba mi cuerpo y abrazaba mis manos y mejillas, calle, gente, autos, ruido y en medio de ese tumulto estaba yo sentado, con un abrigo, una bufanda artesanal, un vaso de café caliente en una mano, mi cámara en bolsillo y mi mochila al hombro.

Lentamente pasaron las horas, hasta que los hermanos se encontraron entre las 9 y las 10, mi segunda copa estaba vacía, en mis oídos las melodías de Tom York resonaban y apaciguaban mi labor, entre tanto mi lente enfocaba el bello escenario que se había generado, ver a toda esa gente, ver esa naturaleza en su máxima expresión tratando de sobrevivir en la gélida e inhóspita ciudad era un cuadro digno del mejor pintor, y como tal debía ser retratado el momento, en una sola imagen, la imagen de mi cámara, la cual trasmitía el aura de mis pensamientos.

Ya son las 11:30, presiento que se avecina una presencia, en efecto, mientras camino soy alcanzado por una antigua conocida, una charla amena, un intercambio de experiencias, rememorar el pasado y ver como pasa el presente, a eso se reduce nuestra pequeña burbuja de tiempo. Pasan unas horas más y sigo solo, rodeado de conocidos, discutiendo de lo cotidiano y de lo humano, matando el tiempo entre clase y clase, un break dices tu, un pequeño espacio para dos o talvez la instancia para 10, es así como comienza todo, un espacio para dos al cual se suman poco a poco los que uno quiere y necesita, aunque a veces motivados por el naranjo de la llama o el hipnótico olor a tabaco llegan los otros, ¿que hora es?….. 17:30 responde mi camarada

Hora de volver a la cueva, sin antes ir a buscar algunas provisiones, lento, fatigado, casi sin vida, como una hormiga vamos de A – B, y en B recolectamos, ya suenan los compases la srta Naomi, y me dicen que todo es posible, mientras paso por caja vuelve a sonar esa metafórica canción del Filosofo Jagger diciendo que no siempre puedes tener lo que quieres.

En mi compañía un pequeño gato me sigue, un poco de leche derramo para saciar su sed y antes de llegar a casa una gota sobre mi nariz, se a puesto a llover, mi nuevo amigo no le puedo abandonar, en tan inhóspito pero bello paisaje, en mis brazos lo aprieto y emprendo una rápida huida a casa.

Calefacción en 3, calienta cama en 2, microondas en 3`25``, un poco de leche para mi nuevo camarada y una improvisada cama, se siente cómodo al parecer, ya a determinado sus limites y yo los míos, parece que nuestra convivencia será más que agradable. preparando un café, y los dos hermanos forman un ángulo de 90º entre las 8 y las 12, me siento en la terraza a ver el ocaso del día mientras el fondo es matizado con un bello color anaranjado violeta, y las hojas amarillo-café reflejan el fin del día una ultima bocanada del expreso hecho en casa algo de música de fondo, el ronroneo de Budín ( así lo bautice) quien se acomoda en mi regazo.-


PD: esta historia la había escrito hace tiempo, la encontré mientras revisaba mi disco duro espero les agrade, la verdad no estoy seguro si la había publicado antes así q' pido perdón de ante mano

No hay comentarios:

Publicar un comentario